El mensaje de salvación que transforma vidas
En nuestra iglesia cristiana de Pasadena, encontrará un lugar donde se predica la santa palabra de Dios con fervor y pasión. Creemos en el poder transformador del mensaje de salvación que trae esperanza y restauración a nuestras vidas.
Nuestro enfoque principal es reconocer que Nuestro Señor Jesucristo murió en una cruz por nuestros pecados y resucitó al tercer día de entre los muertos. Su sacrificio nos brinda la oportunidad de ser perdonados y tener una relación personal con Dios. Creemos firmemente en su amor incondicional y en su gracia que nos transforma desde adentro hacia afuera.
El Espíritu Santo: nuestro eterno ayudador
Además de creer en la obra redentora de Jesucristo, también reconocemos la importancia del Espíritu Santo en nuestras vidas. Él ha sido enviado como nuestro eterno ayudador y consolador. Nos guía, nos fortalece y nos capacita para vivir una vida llena del poder de Dios.
Cuando nos abrimos a la obra del Espíritu Santo en nuestra iglesia, experimentamos una transformación profunda que nos impulsa a ser mejores personas y a amar a los demás como Jesús nos amó. Su presencia se siente en nuestras reuniones, en nuestras oraciones y en cada palabra que se predica desde el púlpito.
Una comunidad de fe viva y en crecimiento
Nuestra iglesia es mucho más que un edificio con cuatro paredes. Somos una comunidad de fe viva y en crecimiento, compuesta por personas apasionadas por conocer y compartir la palabra de Dios. Nos reunimos regularmente para adorar juntos, estudiar la Biblia y fortalecer nuestra relación con Dios y con los demás.
En nuestra iglesia, encontrará un ambiente acogedor y amigable, donde nos apoyamos mutuamente y nos animamos en el camino de la fe. Creemos que cada persona tiene un propósito único y valioso en la obra de Dios, y nos esforzamos por ayudarnos mutuamente a descubrir y desarrollar nuestros dones y talentos.
Le invitamos a unirse a nuestra comunidad de fe y experimentar el poder transformador de la palabra de Dios en su vida. Juntos, podemos crecer en nuestra relación con Dios y marcar la diferencia en nuestro mundo.